Trauma

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Trauma

Cuando hablamos de trauma, en general, lo entendemos como la vivencia de una experiencia negativa extrema, pero éste solo es un tipo de trauma.

El trauma psicológico es la herida emocional que queda después de que una persona viva o presencie una experiencia, en la que se ha visto amenazada su integridad física/psicológica o la de otros.

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Estas experiencias pueden ir desde eventos de gran magnitud, como desastres naturales, accidentes de tráficos, robos, agresiones, abusos, etc., hasta situaciones en las que se haya experimentado, de forma puntual o reiterada, desprotección, falta de cuidados, humillaciones, descalificaciones, roles familiares o sociales inapropiados, etc.

Cuando vivimos una experiencia traumática o negativa, es muy importante lo que pasa justo después de la experiencia.

Si un niñ@ vive un altercado en el colegio que le ha generado malestar, por ejemplo, que alguien le insulte y, cuando llega a casa no hay nadie que le acompañe en lo que está sintiendo, o bien, lo que recibe es un “algo habrás hecho”, las consecuencias psicológicas y emocionales serán mayores que, si el mismo niñ@ al llegar a casa, puede compartir lo que siente, alguien le valida su emoción y le ofrece estrategias.

Este ejemplo sirve igual para l@s niñ@s como para los adultos, tod@s necesitamos a alguien que nos pueda acompañar, validar y sostener lo que sentimos para poder procesar las experiencias negativas.

Hay ocasiones que los recuerdos no nos permiten ver o sentir las cosas buenas que nos pasaron y nos pasan.

Es como si estas experiencias negativas apagaran la luz de la habitación. Si estamos a oscuras no podemos ver las cosas que si nos gustan, como fotos de recuerdos agradables, muebles bonitos o una cama cómoda.

Psicólogos en Barcelona, Eixample. Terapias para superar traumas. Malagrida PsicologíaEn la consulta trabajamos juntos para ver qué fallos eléctricos hay, y así volver a encender la luz.

Hay varios factores que influyen en que nuestro cerebro pueda, o no, procesar una experiencia traumática, como lo que ocurrió justo después de la experiencia (como comentamos en el post anterior), la historia de vida de la persona, sus experiencias, sus aprendizajes pasados y las estrategias de afrontamiento de que dispone. Todos estos factores influyen en cómo la experiencia queda impresa en nuestro organismo, pudiendo alterar el equilibrio biológico, psicológico y social de la persona.

Aún, cuando el suceso ya ha pasado, nuestro sistema interno sigue respondiendo, en el presente, como si todavía viviera en el trauma.

 

 

Aquí tenemos un ejemplo de la huella que se queda impresa en el sistema tras una experiencia traumática:

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